He tenido la suerte de escribir el texto del fanzine que La Piscina Editorial ha editado del último ACTION COVER PARTY realizado en Lanzarote. Os dejo la transcripcción del mismo.
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Esta nueva
edición de la Action Cover Party se ha desarrollado dentro del marco de la Bienal
OFF 2011, un nuevo contexto para la que es ya la cuarta ocasión en la que
podemos disfrutar de este festival de versiones de performances y acciones. De
este modo se planteaba el reto de celebrase tanto en la sala de exposiciones
del Charco de San Ginés como en el mismo paseo del exterior, creando así una oportunidad
inmejorable para que la ACP se abra ante un público diferente, más heterogéneo
y con sus diferentes predisposiciones ante lo que iba a acontecer.
Dada las
generaciones y el emplazamiento al que pertenecemos, muchos de nosotros no
hemos visto en su espacio ni en su tiempo específicos estas performances
“clásicas” de las décadas de los 60 y 70, aunque es verdad que algunos han
podido presenciar alguna revisitación posterior que han hecho ciertos autores
de sus performances. Aún así, para la gran mayoría, el conocimiento que hemos
podido tener de éstas ha sido a través de los documentos resultantes, en muchos
casos, meros vestigios o fragmentos de la acción. Otras, en cambio, se
encuentran registradas audiovisualmente, acercándonos (siempre desde la subjetividad
del objetivo) a la experiencia que el artista quiso transmitir a los que allí
se congregaron.
Muchas performances
que no se encuentran bien documentadas en la actualidad, tuvieron una
estructuración presencial muy concreta, por lo que no se dio, o no quería que
se diese, una documentación audiovisual y/o fotográfica detallada de la acción.
En estos casos y con la información disponible, los artistas que hemos
participado en las diferentes ediciones de la ACP nos enfrentamos al desafío,
por medio del estudio de las performances y del contexto en el que se
desarrollaron, de poner en marcha nuestra imaginación para poder formalizarlas,
intentando el mayor acercamiento posible a la intención del creador primigenio.
Es precisamente este hecho el que hace que el ejercicio de complementación sea uno
de los valores más enriquecedores de esta fiesta de versiones.
Pero el medio
audiovisual no sólo tiene una función documentalista en la performance, también
ha constituido y constituye parte de la obra. Ejemplo de ello es “Fall
II” que como otros trabajos de Bas Jan Ader, están formulados como un acto
que se transmite por medio de un documento audiovisual. En su revisión, Adrián Martínez
se lanzó al Charco de San Ginés subido en una bicicleta, como hizo el propio
autor en 1970 en un canal de Ámsterdam. Otro ejemplo de la unión de estos dos medios
es “Art Must Be Beautiful” realizada por
Paula Cáceres y Cristina Marsoc. La obra original de Marina Abramovic es una
filmación frontal de ella misma en la que se peina violentamente. Para esta
ocasión, las dos artistas también eliminaron el elemento audiovisual al
realizarse en directo en la sala de exposiciones. Ellas optaron por situarse
enfrentadas convirtiéndose una en el reflejo de la otra alternando la frase que
da título a la performance, creando una dualizada y siniestra coreografía. En
esta obra como también ocurre en “Light/Dark”
de Marina Abramovic y Ulay, encarnados en esta ocasión en Raquel Melián y David
GP, o en la realizada por Moises Fleitas, “Hot
Dog” de Paul McCarthy, comprobamos la dificultad que entrañaron estas
acciones cuando fueron acometidas. Al rememorarlas vuelve a quedar patente la
complejidad de la búsqueda de los límites físicos, llegando incluso a la
extenuación, convirtiéndolas además en un ejercicio de concentración psíquica
por parte del artista y de los asistentes.
Como ya sabemos,
el espectador es parte esencial de cualquier obra artística, pero en algunas
performances, las acciones y reacciones de los asistentes se vuelve parte indispensable
para que la obra se active. Como muestra de ello tuvimos la ocasión de
disfrutar del “Vino y galletas” de
Juan Hidalgo realizado por María Laura Benavente y la “Consumazio- ne dell’arte dinamica del pubblico divorare l’arte” de
Piero Manzoni por Adrián Martinez. En ellas, y por medio de un ritual, el
público acciona la obra aceptando y comiendo lo que el artista ofrece.
A lo largo de
todas las ediciones, este conjunto de performances clásicas se ha planteado como
una revisitación respetuosa, pero a la vez formulada dentro de un marco festivo
y lúdico. Cuando versionamos estos actos, lo hacemos con pleno conocimiento de
que estas acciones se realizaron en un contexto determinado y que se
articularon cada una en un sistema histórico y cultural concreto. De esta
manera, la propuesta se convierte tanto en ejercicios reflexivos como en
nuestros particulares homenajes a los autores que nos hacen tilín.
Otro de los
elementos que engloba las acciones que hemos ido disfrutando en las diferentes
ACP es que el cuerpo del artista, de una forma u otra, se convirtió en el campo
de batalla en el que se debía producir la resignificación de determinados
conceptos artísticos y sociales[1].
No hay que
olvidar que las artistas que exponían las problemáticas de género y de las
relaciones de poder producidas por la heteronormatividad, descubrieron la
viabilidad del medio performativo para transmitir su mensaje como contrapunto de
los cánones que las excluían, destacando el hecho de que muchas de ellas fueron
pioneras en el campo de la performance. Ejemplos de esta nueva realidad son el
“Cut piece” de Yoko Ono experimentado
en esta ocasión por Zuka, el “Waiting”
de Faith Wilding expuesto por Damián Rodríguez o el “Walking Is The Way” de Esther Ferrer acometida por Néstor Delgado
en el exterior de la sala, mientras era rodeado por un grupo de niños que le
seguían con mucha curiosidad mientras le preguntaban por lo que estaba haciendo
y si era famoso.
Otro de los
elementos que ha destacado de las diferentes ediciones, ha sido la variedad de
espacios en el que se han celebrado la ACP y su capacidad de crear nuevos flujos
de interactuación con diferentes espectadores. En esta edición, además, han participado
varios autores que pertenecen a la escena artística de Lanzarote. Como ya
ocurriese anteriormente en la edición de Manchester, queda patente la conexión
que se establece en el nuevo marco donde se desarrolla esta fiesta, fuera del
núcleo en el que se desarrolló inicialmente este proyecto.
Cuando
observamos todas estas revisitaciones en su conjunto, queda patente que aunque
varíen el espacio, el tiempo, el mensaje u otros elementos que componen las
performances originales, todas ellas siguen actuando como transmisor de una
memoria social, reflejo de unos elementos culturales específicos, que aunque
algunos se hayan ido transformando o derivando, al revistarlos se muestra lo que fueron y lo que el diálogo
que crearon representan ahora en la actualidad.
[1] Aunque hay
performances donde desaparece el cuerpo del artista, como se mostró en la ACP
de Manchester con "Pendulum Music (For Microphones, Amplifiers, Speakers
and Performers)" de James Moffat realizado en esta ocasión por Steve Reich
.
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